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Síndrome de perfección o “homo perfectus”

Actualizado: 25 abr 2022



¿Sientes que deberías ser de otra forma? Te planteas retos desde la insuficiencia y la necesidad de mejorar, en vez de desde el amor propio y la motivación de superación personal?¿ Te sientes inseguro? ¿Piensas que las cosas no deberían ser como estan siendo? Posiblemente sufras el síndrome de perfección. En este post te explicamos todo lo que necesitas saber, para poder informarte sobre todas aquellas exigencias que tienes para contigo mismo.


Desde el comienzo de la publicidad, la sociedad ha marcado nuestros gustos y ha sido especialmente crítica con la apariencia de la mujer. Hasta tal punto de orientar nuestras preferencias hacia una dirección, un canon de belleza imposible de alcanzar. Inconscientemente, nos han ido instruyendo en un modelo de perfección bajo unos parámetros totalmente distorsionados y antinaturales.


El problema es que, nos lo han grabado tan a fuego y de forma tan incesante y repetitiva que nuestra mente nos lo recuerda cada día. No somos capaces de tener una opinión crítica propia, sino que está distorsionada por los canones impuestos por la sociedad de la perfección y el consumismo.


El éxito en la sociedad va muy ligado al concepto de perfección. A menudo nos imponemos un éxito inalcanzable, donde prima el dinero, la realización con el trabajo, el cuerpo, y la familia. ¿Qué ocurre cuándo no alcanzamos ese canon, éxito o perfección impuesta de forma exigente? que sentimos una enorme frustración.Toda nuestra vida gira alrededor de intentar ser “perfectos”, olvidando por completo lo que a nosotros nos hace verdaderamente felices.


La sociedad del consumo, la publicidad y los medios de comunicación se las han arreglado perfectamente para que los individuos que conformamos esta polis nos sintamos constantemente insuficientes y volquemos toda nuestra energía en mejorar. Por eso, a menudo, aparecen las inseguridades, las sensaciones de fracaso y las obsesiones por mejorar.


Esta búsqueda de la perfección nos hace estar siempre en alerta, bajo los parámetros de la inconformidad. Nunca estamos realmente satisfechos, ni contentos porque siempre buscamos ir más allá. Aparentemente, nos saca de la zona de confort, y nos enseña a luchar por aquellas cosas que queremos, plantearnos un objetivo y un compromiso de excelencia que supuestamente nos hace mejores personas. Pero inevitablemente, eso tiene un lado oscuro. Nuestro constante afán de perfección nos lleva a obsesionarnos por cambiar aquellas cosas que no cumplen con nuestro estándar de idealización.


Anne Lamott, decía que la perfección es la voz del opresor. Y esta frase resume de manera muy simple la gran realidad que estamos viviendo. Mantenernos ocupados en esa búsqueda incesante de la perfección nos aleja de la verdadera esencia de la vida, no nos permite disfrutar de nosotros y de todo aquello que somos, porque a ojos de la sociedad, somos insuficientes.Miremos donde miremos, siempre hay cosas que mejorar.


Está búsqueda de la perfección se llama “síndrome de homo perfectus” y es una cognición distorsionada de la realidad. Los patrones que sufren las personas con este síndrome suelen ser: autoexigencia desmesurada, poca flexibilidad ante las opiniones, pensamientos dicotómicos, irascibilidad y gran frustración frente a la realidad.. El “homo perfectus” es un ser tan riguroso que en ocasiones puede llegar a ser obsesivo, llegando a controlar absolutamente todo lo que le rodea para sentirse confiado. Es intransigente, por ello se culpa de manera excesiva cuando comete “un error”, no se contenta con casi nada, todo le parece insuficiente. Es una cara muy productiva para la sociedad, pero puede ser muy perjudicial a nivel personal y relacional.


Al final, el síndrome de la perfección lleva a generarnos depresión y ansiedad y una baja tolerancia con nosotros mismos, hasta tal punto de no aceptarnos tal y como somos y sentirnos siempre insuficientes.



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